La Corte Internacional de Justicia de la ONU dictaminó este lunes que Japón no podrá continuar cazando ballenas en la Antártida. Los magistrados han considerado que la caza de ballenas que Japón ha llevado a cabo hasta ahora, no responde a fines científicos y por tanto han prohibido la concesión de nuevos permisos.
Hasta el momento Japón mantenía una actividad de caza de ballenas amparada en supuestos fines científicos, en el marco del II Programa Japonés de Investigación sobre Ballenas en el Antártico bajo Permiso Especial (JARPA II) aprovechando de esta manera un resquicio legal para continuar con sus capturas en el Océano Pacífico Sur a pesar de las moratorias.
Lo que ha determinado ahora la Corte Internacional de Justicia por 12 votos frente a 4, es que los permisos especiales concedidos a Japón para capturar, matar y comerciar con ballenas en el marco del JARPA II no responden realmente a fines científicos y que los resultados de estas investigaciones no justifican el aumento en el número de animales capturados: 850 ejemplares de rorcual aliblanco, 50 de ballena jorobada y 50 de rorcual común.
La sentencia del tribunal es de obligado cumplimiento y no permite el recurso por parte del gobierno japonés.
La caza comercial de ballenas está prohibida a nivel internacional desde 1986 cuando entró en vigor la moratoria de la Comisión Ballenera Internacional, pero países como Noruega e Islandia continúan practicándola a pequeña escala y de manera especial Japón que se ha amparado en los supuestos fines científicos para continuar con las capturas. Se estima que durante los últimos 20 años unas 10.000 ballenas han muerto para contribuir a los estudios japoneses.
La comunidad científica internacional acepta hoy en día de manera general que el estudio de los cetáceos se puede llevar a cabo mediante métodos que no impliquen la captura masiva de los individuos, como los censos, la telemetría o el estudio de los animales varados entre otros.
Fotografía de -Australian Customs and Border Protection Service-